Tribuna de opinión publicada por Diario de León, 6 de marzo de 2016.
El próximo jueves tendrán lugar en la Universidad de León las elecciones que decidirán el rumbo de la Institución leonesa en los próximos cuatro años. Voy a intentar, de forma esquemática, esbozar cuáles son los principios básicos en los que la candidatura que encabezo se inspira, y que guiarán su actuación, si obtenemos la confianza de la comunidad universitaria leonesa este 10 de marzo.
La ULE, como institución que encarna el servicio público de educación superior en nuestro entorno, no puede sino comprometerse con la oferta de una docencia de la máxima calidad para todos sus estudiantes. Ello implica asumir los retos de una sociedad que basa su actividad en la cultura del conocimiento. Las competencias básicas que hoy se demandan de los titulados se definen de manera prioritaria por su capacidad de trabajar de manera autónoma, por su disposición a enfrentarse a problemas nuevos y a llevar a cabo su actividad de manera colaborativa. Con esos instrumentos nuestros graduados habrán de decidir cuál es la información pertinente para satisfacer las demandas de la vida profesional.
La labor investigadora es el centro de la cultura del conocimiento, que es la seña de identidad de las sociedades avanzadas. Facilitar la labor de los investigadores para que puedan centrarse en su trabajo y no tengan que dispersar su atención con las exigencias de la gestión y de la administración es un reto al que tenemos que responder. En buena medida, de ello depende la posibilidad de competir para la obtención de nuevos recursos que permitan mantener y aumentar nuestra capacidad de generar conocimiento.
Formación e investigación son los instrumentos con los que cuenta la Universidad para desarrollar su capital humano, en lo que constituye su responsabilidad básica para con la sociedad que la financia. A su prosperidad contribuye de manera decisiva con la educación de sus profesionales y con el trabajo de sus investigadores. Hoy más que nunca es necesario renovar el compromiso de la ULE como motor básico de nuestra sociedad a todos los niveles y en todas sus formas. Haremos de este principio pieza básica de nuestra actividad en los próximos años.
Las transformaciones que la sociedad española ha experimentado han vuelto obsoleta en muchos casos una estructura de gestión y administración que no ha conocido modificaciones sustanciales en mucho tiempo. Pensamos que es prioritario trabajar en mejorar tres aspectos esenciales de nuestra vida universitaria: la formación permanente de docentes y personal de administración y servicios, la integración en la concepción del trabajo de la realidad tecnológica que define hoy nuestro mundo y la mejora en la gestión integral de los recursos como fuente de autoinversión en nuevas iniciativas.
Planificar a medio y largo plazo hacia dónde ha de moverse la oferta formativa de nuestra Universidad determinará el futuro de la ULE. Ha de abrirse un necesario debate al que se incorpore la comunidad universitaria en su conjunto y el mundo profesional en el que tienen que integrarse los graduados. Pero nuestra misión educativa lo es para toda la vida: hemos de ser capaces de responder a las necesidades de formación a nivel superior en todos sus aspectos y a todos los niveles porque tenemos los profesionales capaces de hacerlo.
Fortalecer la dimensión internacional de nuestra actividad es esencial para llevar a cabo nuestro trabajo en el momento histórico en que vivimos. La Internacionalización no solo supone movilidad. Hay que integrar la dimensión internacional en todos y cada uno de los aspectos de nuestro quehacer para poder competir en el mundo globalizado de la educación.
No podemos olvidar la importancia fundamental que el fomento de hábitos de vida saludables tiene como componente esencial de una educación integral. El compromiso con la práctica deportiva y con la atención permanente a la mejora de las condiciones de trabajo y estudio han de convertirse en cuestiones a las que atender de manera constante.
En resumen, estamos convencidos de que la Universidad es una institución que solo se entiende desde el principio básico del esfuerzo colaborativo de todos. Los retos a los que nos enfrentamos exigen sumar voluntades y capacidades: tenemos que comprometernos para dar un impulso necesario a lo que pensamos que es un proyecto sólido. Nuestra propuesta para las elecciones del 10 de marzo consiste, esencialmente, en generar la ilusión que permita activar todas nuestras potencialidades para avanzar hacía el éxito en la consecución de nuestros objetivos como institución pública al servicio de la sociedad. Para avanzar juntos.
José Luis Chamosa González
Catedrático de Filología Inglesa
Candidato a rector de la Universidad de León


