3. LA UNIVERSIDAD Y LA SOCIEDAD

La Universidad del siglo XXI basa su misión en la doble vertiente de la docencia y la investigación. Pero ha de hacerlo desde el compromiso profundo con los valores que son seña de identidad de la sociedad a la que sirve. El conocimiento es el gran capital sobre el que se articula la vida en la actualidad: nuestra Universidad busca generarlo y transmitirlo desde la ética de la exigencia y de la responsabilidad social. Debemos educar para hoy y para mañana, y aspiramos a ser un referente permanente para nuestros estudiantes. Estamos convencidos de que la atención a los valores constituye el cimiento firme de un proyecto educativo como el de la ULE en sus dos campus.

La concepción de la institución universitaria como un servicio público, volcada en todo momento hacia las necesidades de la sociedad que la sustenta, es una característica esencial del modelo de Universidad que defendemos en nuestro programa de gobierno, siempre con una dimensión y expectativas éticas. La responsabilidad social, asumida como un principio ineludible de nuestra Universidad, implica dar respuesta a las demandas legítimas de las personas y grupos que se relacionan con ella, incluyendo tanto a los que están directamente vinculados (estudiantes, personal docente e investigador y profesionales de la administración y servicios), como a los que mantienen una relación menos directa (sociedad y entorno). La transparencia en la gestión es una obligación ineludible de todo cargo público, máxime desde la dimensión social de la Universidad.

Queremos una Universidad de calidad, sensible y consciente de las necesidades del entorno y atenta a dar respuesta a las demandas que la sociedad le exige. Nuestro modelo incluye la idea de la cooperación, de la organización, de la transferencia, de la necesidad de apoyos institucionales que favorezcan investigaciones de calidad con compromiso social. Es imprescindible un control riguroso de la calidad, evaluada por medio de diversos sistemas contrastados y transparentes. Del rigor que apliquemos en este proceso se derivará una mejora en todos los ámbitos de nuestra Universidad.

Apoyándonos en los principios de ética, compromiso social y promoción de valores ciudadanos, consideramos que el sentido de responsabilidad de la Universidad de León debe potenciarse, para que seamos referencia y ejemplo de buen gobierno y motor de transformación social y económica de nuestro entorno.

Para conseguirlo proponemos profundizar en las siguientes líneas de trabajo:

  • Impulsar la política de igualdad, adoptando las medidas para evaluar la repercusión real de nuestras acciones en materia de igualdad de género.
  • Mantener los programas de atención al alumnado con necesidades especiales, dotándolos de los recursos adecuados.
  • Continuar el proceso de eliminación de barreras arquitectónicas, siempre en colaboración y acuerdo con las diferentes administraciones locales.
  • Desarrollar un Programa de Acción Social, consensuado con los agentes sociales.
  • Impulsar la política de conciliación de la vida académica, familiar y laboral, así como estudiar medidas que puedan facilitar la actividad académica de estudiantes que trabajan o con situaciones personales y familiares especiales.
  • Impulsar las políticas de Universidad sostenible y respeto al medioambiente.
  • Reafirmar la apuesta de nuestra Universidad por la Cooperación Universitaria para el Desarrollo.
  • Promover una Universidad saludable con el fomento de la práctica de actividades físicas y deportivas.
  • Seguir ampliando y mejorando las instalaciones deportivas y el desarrollo de servicios y asesoramiento individualizado en relación con la actividad física y la salud.
  • Potenciar y promover el Voluntariado en todos los colectivos de la Universidad, de tal forma que se facilite su participación, no solo internacional, con países y regiones en vías de desarrollo, sino también en tanto servicio social y vínculo con el entorno.
  • Tomar contacto, respaldar y asesorar a los colectivos necesitados de una protección social reconocida por la “Ley de Dependencia”.
  • Reafirmar el compromiso con la transparencia institucional.
  • Establecer un código ético y de conducta de los Órganos de Gobierno de la Universidad.